“Es bien sabido que los pueblos que han sido conquistados y colonizados, se caracterizan psicológicamente por una serie de rasgos personales y pautas de comportamiento, que pueden ser agrupadas dentro de la etiqueta “Síndrome del Colonizado”.
Existen varios trabajos en los que se analizan las características psicológicas del pueblo canario. En tal sentido, podemos citar “Psicología y vida del actual hombre canario”, de Pedro Hernández (1978) en «Natura y Cultura de las Islas Canarias», “Psicología del Hombre Canario” de Manuel Alemán (1980), y “El canario, un producto de su historias” de Juan Morales González (1982) en «Canarias en el Actual Momento Histórico».
En tales trabajos, se concuerda en señalar como características psicológicas del pueblo canario las siguientes: humor, dulzura, nobleza, humildad, tolerancia, paciencia, aguante, flexibilidad, pacifismo, desconfianza, miedo, servilismo, resignación, odio solapado, apatía, desinterés, indiferencia, egocentrismo, hipocondriasis, etc...
Asimismo, parece existir acuerdo en señalar como rasgo destacable y bastante definitorio de la forma de ser del pueblo canario su “complejo de inferioridad”, esto es, la tendencia a infravalorarse, a considerar como superior todo lo foráneo por el mero hecho de no pertenecer a su entorno. Esta subestimación de si mismo y hasta cierto punto autodesprecio, es uno de los elementos más típicos de esa personalidad propia de los pueblos colonizados.
En los trabajos antes aludidos, se coincide en indicar que la personalidad del pueblo canario es inmadura y que se hace necesario un esfuerzo de superación de ciertos rasgos marcadamente negativos. Ahora bien, a mi juicio, no se ha ahondado suficientemente en cuál podría ser el proceso a seguir, para lograr esa recuperación, maduración o liberación psicológica.
Los trabajos hasta ahora se han centrado sobre todo en análisis y descripciones de la psicología del pueblo canario, pero poco han apuntado sobre posibles alternativas a la situación actual. El trabajo de Manuel Alemán se centra en ofrecer una salida eminentemente psicologicista, es decir, propone el iniciar un proceso psicoterapéutico y educativo a gran escala, que permita mejorar la situación presente. Por el contrario, el ensayo de Juan Morales aporta una perspectiva distinta, y es la de ligar el desarrollo psicológico con condicionantes políticos, administrativos y económicos.
El pueblo canario como cualquier pueblo, es un producto de su historia. En tal sentido, la conquista y la colonización han supuesto un proceso objetivo y obligado de mestizaje, por la convergencia y fundición de la cultura aborigen y foránea. En este proceso de mestizaje, a pesar de que la política colonial ejercida por España ha tratado de negar toda importancia o pervivencia de lo autóctono, hay que reconocer, y así lo acreditan variados estudios, que tanto cultural como biológicamente, lo aborigen, lo prehispánico y lo guanche poseen un peso específico muy considerable en esa mezcla que se genera y que ha dado lugar al actual pueblo canario.
Asimismo, la conquista y la colonización también han supuesto un proceso subjetivo mediante el cual se enfatiza aquella parte de la mezcla (guanche o europea) con la que uno se siente más identificado. Por tanto, nuestra naturaleza objetiva como pueblo es la típica del mestizaje, pero nuestra naturaleza subjetiva está más próxima a lo prehispánico o a lo hispánico.
En cierta parte del pueblo canario se ha producido una identificación con los conquistados (guanches), mientras que en otra parte del pueblo la identificación se ha hecho con los conquistadores (castellanos o europeos en general). El reconocimiento que haga el pueblo canario, de que sus ancestros se sitúan en uno u otro bando de la contienda que tuvo lugar durante la conquista, determina una cierta psicología- Estos dos tipos de identificación nos pueden ayudar a comprender las distintas actitudes que suelen convivir en el pueblo canario respecto así mismo, a su futuro como pueblo y respecto a otros pueblos.
OPCIONES POLÍTICAS
Una clara manifestación en lo político, de ese doble proceso de identificación, la encontramos en las distintas opciones políticas que se defienden para Canarias. De un lado tenemos a los autonomistas que se sienten plenamente españoles y europeos, defendiendo por tanto un “desarrollo” político y económico, estrechamente ligado y siempre tutelado por España y Europa. Por otro lado, nos encontramos los nacionalistas, que nos sentimos más canarios que ninguna otra cosa, y que subrayamos la necesidad de ahondar en la identidad de lo canario, postulando en consecuencia un desarrollo profundamente independiente.
Es preciso señalar, que en base a datos sociológicos de los que se dispone, existe una relación entre tipo de identificación y clase social, esto es, en la burguesía canaria la identificación se ha producido fundamentalmente con el vencedor, mientras que en la clase trabajadora canaria la identificación ha sido con el vencido.
Una identificación con el conquistado, lógicamente lleva a una psicología caracterizada precisamente por esa “inferiorización”, por el pesimismo, por la resignación ante una fuerza superior e invencible, por la ira reprimida, y en definitiva, por una moral de derrota. Para esta parte del pueblo canario, que vive consciente o inconscientemente tal tipo de identificación, no cabe duda que la superación de tal situación humillante sólo pasa por la recuperación de la libertad y de la independencia como pueblo.
El tipo de identificación que se haga es tan importante, que España durante sus cinco siglos de dominación colonial, consciente de ello, ha evitado a toda costa que el pueblo canario conociera su propia historia y se pudiera identificar con sus verdaderos antepasados los guanches. Aún en la actualidad, los escolares canarios continúan sin conocer y estudiar la vida pasada de los guanches, lo que fue el largo proceso de la conquista militar y violenta, y lo que supuso posteriormente la esclavitud, sometimiento y colonización. España es tan consciente de lo tremendamente peligroso que representaría para su dominio y explotación colonial de estas islas, tal proceso generalizado de identificación, que siempre estará dispuesta a reprimir brutalmente cualquier intento serio que se trate de hacer en esa línea.
Por tanto, para esa parte mayoritaria del pueblo canario que nos sentimos identificados con nuestros ancestros aborígenes, hay que decir, que es preciso seguir profundizando en ese proceso de identificación, que la superación de ese secular “complejo de inferioridad” como pueblo, y que la maduración psicológica de todos nosotros, en tanto grupo humano diferenciado de otros grupos, sólo será posible en conjunción con una verdadera lucha por recuperar nuestra independencia como pueblo.
En la medida que el pueblo canario protagonice un verdadero proceso de lucha para conseguir de Canarias un Estado libre, independiente y soberano, ello derivará en efectos psicológicos positivos. Ese proceso de conquista de la independencia dará al pueblo canario la oportunidad de recuperar su orgullo y dignidad como pueblo. Sólo la derrota del conquistador, es decir, la quiebra total del sistema colonial español de dominación, podrá hacer que el pueblo canario vuelva a tener confianza en sí mismo, en su capacidad para autodirigirse, sin necesidad ya de más paternalismos, dirigismos, ni tutelas.
Por eso, en definitiva, yo defiendo que para la liberación psicológica del pueblo canario, es preciso la independencia conquistada, y no, otorgada o regalada”.
José Tomás Bethencourt Benítez
Profesor Titular de la Facultad de Psicología. Universidad de La Laguna.